Van Halen collage

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martes, 9 de junio de 2015

Festivales de verano: amplia oferta para pasarlo bien tres días escuchando música

Ya está aquí el verano y con él llegan los festivales veraniegos de rock. Cada año aumenta la oferta dentro de un formato ideal para pasarlo bien durante varios días (la duración es variable) escuchando música en directo. Hay mucha gente que los odia por las aglomeraciones, los precios, los viajes, las incomodidades o el cansancio, pero a otros, como es mi caso, les parece la mejor forma de ver muchos grupos apetecibles en poco espacio de tiempo. Si encuentras a alguien que comparta tus gustos musicales y al que no le importe romper con la rutina para soltar un poco de adrenalina cerveza en mano, no veo otra actividad más adecuada para la época estival. Hay otro factor, el económico, del que también depende la elección de un festival u otro. Como suele suceder siempre al hablar de rock, en España no hay mucho donde elegir, aunque sería lo más barato por tener que desplazarse a menos distancia. Sin embargo, poco a poco han ido desapareciendo citas de cierta tradición como Festimad, Doctor Music, Electric Weekend (sólo hubo una edición de gran calidad), Metalway, Kobetasonik y hasta el itinerante Sonisphere, por lo que, ahora mismo, Azkena Rock Festival y Resurrection Fest son las propuestas más interesantes dentro de nuestro país. Dejo a un lado el Viñarock, ya que se centra siempre en casi los mismos grupos nacionales y está destinado a un público y edad determinados. Eso sí, hay que reconocer que ya lleva mucho tiempo funcionando, lo que tiene su mérito. El BBK tiene la ventaja de celebrarse en su sitio que me encanta, el monte Kobeta donde vi a los Black Crowes, pero no me gusta nada el estilo musical que han elegido para atraer a las masas, cada vez más alejado del rock. Personalmente, la relación calidad precio del Resurrection Fest, del que me han hablado muy bien y celebra su décimo aniversario, ha hecho que me decante por estrenarme el próximo mes de julio en Viveiro. Hubiera preferido repetir viaje a Francia o Inglaterra como en otras ocasiones, pero esta vez hay circunstancias que lo impiden.




A nivel internacional, el pasado fin de semana, dos clásicos como son Sweden Rock Festival y Rock Am Ring inauguraron la temporada festivalera a lo grande. Del primero hablan maravillas y suele destacar por reunir a grupos que llevaban mucho tiempo inactivos. Suele ofrecer actuaciones exclusivas, aunque desplazarse hasta Suecia, unido a los gastos de alojamiento, comidas, compras e imprevistos, que siempre los hay, puede suponer demasiado esfuerzo monetario. El otro se celebró en Alemania con Slipknot y Foo Fighters como mayores atractivos y tiene la ventaja de poder seguirlo en streaming. No es lo mismo que vivirlo in situ, pero te haces una idea de las miles de personas que se juntan allí para pasarlo en grande. Aunque para grande, pero mucho, el Download Festival inglés que se celebra a finales de esta misma semana. Heredero directo del mítico Monsters Of Rock (mirando los carteles de finales de los 80 se me hace la boca agua), tiene lugar en los alrededores del circuito de Donington con varias ventajas e inconvenientes. La organización es perfecta, no te sientes agobiado pese a las dimensiones del lugar y el aforo tan brutal que tiene y hasta te falta tiempo para ver tanto grupo. Es una pasada, yo he estado dos veces y espero volver mientras el cuerpo aguante. Lo malo, de nuevo el tema económico y, sobre todo, la metereología. Llueve siempre, a veces hasta formar barrizales kilométricos en los que apenas te tienes en pie. Es lo que hay, mejor asumirlo e ir preparado, porque igual hasta sale el sol. Demasiado salió el año pasado en el Hellfest francés, que se ha convertido en la otra gran cita del metal en todas sus vertientes. Suele compartir cabezas de cartel con el Download basado en viejas glorias, que son las que garantizan el sold out. Tiene varios escenarios temáticos aparte de los dos principales y una decoración cuidada hasta el más pequeño detalle. Todo muy siniestro, pero elegido con mucho gusto y cuando anochece parece que estás en el mismo infierno. Como en casa, vamos. Aparte de estos dos, la oferta es variadísima dentro del rock en toda Europa. No me puedo olvidar del Wacken Open Air. Tiene lugar en Alemania desde 1990 y su popularidad entre el sector más duro ha ido creciendo tanto que es casi imposible conseguir una entrada. Se agotan en apenas 48 horas, es como una religión para el heavy metal y hasta cuenta con una zona medieval para asistir a batallas entre guerreros vikingos. No sé si será demasiado para mí, pero tengo la intención de ir alguna vez, repito, si el cuerpo aguanta y la mente también. Me lo paso fenomenal en estos eventos, qué le vamos a hacer... ¿Se me nota mucho?


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