Van Halen collage

Van Halen collage

domingo, 25 de enero de 2015

Gira europea de COC con Keenan. ¿Vendrán por aquí?

Gran noticia la reunión del trío que grabó los dos últimos discos de Corrosion of Conformity con su ex vocalista Pepper Keenan. Pese que son dos buenos trabajos, se echaba de menos la intensa voz y el refuerzo en la guitarra del también miembro de los Down de Phil Anselmo. Para mi gusto, la racha discográfica que enlazaron como cuarteto con Deliverance, Wiseblood, America's Volume Dealer y In The Arms Of God es la mejor de su carrera. Además del éxito comercial, creo que la banda sonaba como nunca, por lo que va a ser un gustazo volverles a ver en la gira europea que comenzará en marzo. Lo malo es lo de siempre, ¿vendrán a España? De momento, en las fechas que hay anunciadas nos hemos quedado fuera, aunque también es cierto que de Alemania para abajo no han cerrado nada. También está la opción e que se enganchen a algún festival. Habrá que esperar. Como aperitivo, os dejo este vídeo de su tema más conocido, Albatros, del Live Volume (pedazo de directo oficial) para comprobar cómo se las gastaban. Crucemos los dedos para que se pasen por la piel de toro.  

jueves, 22 de enero de 2015

RIP Mötley Crüe: The Final Tour. ¿Será verdad o sólo una maniobra publicitaria?

No me lo acabo de creer del todo. Mötley Crüe, una de mis bandas favoritas, dicen que lo dejan después de casi 35 años de existencia. Posiblemente los más macarras, gamberros y folloneros que ha habido, aseguran que se han embarcado en su último tour y que jamás volverán a actuar en directo. Quizás haya más canciones nuevas, pero nada más. All Bad Things must end dicen en el single que acaban de publicar como resumen de su carrera. Espero que todo sea una maniobra para mantener viva la llama de un grupo mítico que se ha empeñado en girar sin parar en los últimos años y por lo que yo, personalmente, les veo agotados. Mick Mars arrastra una larga enfermedad, apenas se tiene en pie y Vince Neil está muy pasado de peso. Sólo Nikki Sixx y Tommy Lee se mantienen en forma. Resulta curioso que sean los mismos cuatro miembros originales que grabaron aquel lejano y crudo Too Fast For Love. Hubo cambios en la formación (John Corabi, el desaparecido Randy Castillo, Samantha Maloney), pero los cuatro fundadores son insustituibles. Puede que lo dejen por eso, porque no pueden más, aunque yo creo que alguno morirá en un escenario pese a que ahora están mucho más moderados. Nadie debería perderse la lectura de su biografía 'Los Trapos Sucios' para comprobar de lo que eran capaces estos angelitos. Chicas, drogas, alcohol, accidentes de coche... Exceso tras exceso hasta convertirse en los reyes del sleaze, con permiso de Guns N' Roses.


Criticados hasta la saciedad por los sectores más duros del metal, en su haber están discazos como su obra maestra, Dr. Feelgood, y los más que recomendables Shout At The Devil y Girls, Girls Girls (toda una declaración de intenciones). También tienen algunos patinazos como el infame Generation Swine y la joya escondida del disco sin título con Corabi en las voces. No está nada mal el último cd, el Saints of Los Angeles de 2008. He tenido la suerte de verlos en un par de festivales para comprobar que, efectivamente, han ido de más a menos. Se alargan demasiado en discursos y los famosos solos, aunque el de batería de Tommy nunca puede faltar. Fue un innovador con el espectáculo giratorio y se sigue reinventando año tras año. Mientras que en USA se están despidiendo del público hasta en el rincón más desconocido, en Europa, de momento, sólo han confirmado su presencia en algunos festivales. Veremos si al final pasan por aquí para decirles adiós en condiciones. O no, porque a mí me da que volverán a gritarle al diablo una vez más. 



domingo, 18 de enero de 2015

Crítica de AC/DC: Rock or Bust (Columbia, 2014)

Esta entrada era obligatoria. Tras multitud de rumores, AC/DC cerraron el año con la publicación del que espero no sea su último disco. Si este es un blog de rock, la crítica no podía faltar. Rock or Bust es el nuevo, pero ya habrá tiempo de recuperar sus clásicos. Lo han vuelto a hacer. No sé cómo se lo montan para repetir la misma fórmula una y otra vez y que sigan sonando tan bien. Sólo ellos son capaces. Sin Malcolm (internado con demencia) y con Rudd declarando ante la justicia, se han sacado de la manga otro trallazo de alta tensión. La fórmula es sencilla y ya con el single Play Ball se intuía que nada iba a cambiar. Después se filtró el tema título y que vamos a decir, al que no le remueva la sangre una canción así es que, sencillamente, no la tiene. Lo mismo sucede con Rock The Blues Away, muy vacilona y marchosa. Hard Times o Rock The House son otros temas destacados con la misma estructura que nunca falla. La voz chillona de Brian Johnson, al que muchos no perdonan el haber sustituido hace la tira de años a Bon Scott, aún funciona, la base rítmica tan precisa como un reloj suizo y luego está Angus. Este tío ha hecho un pacto con el diablo. Consumido por el tabaco, la edad y otra excesos, parece un abuelete cascarrabias, pero cuando enchufa la Gibson se transforma en un diablo. Sigue sonando fresco en los discos y en directo es la bomba. Recorre más kilómetros que Jagger (bueno, por ahí estará la cosa), se posee y acaba siempre medio en pelotas.


Y es que ahí está el punto fuerte de AC/DC. Sus conciertos son insuperables. No hay rival. Con un repertorio que tira de espaldas, cuidan en sonido para dar un espectáculo sonoro y visual que siempre es inolvidable. Tengo la suerte de haberles visto varias veces y en mi corazón está grabada su actuación en Donington de 2010. Con un escenario inmenso construido sólo para ellos, los horarios ingleses les hicieron empezar de día. Poco importó y durante casi tres horas dejaron a todo el mundo ( yo que sé porque allí seríamos más de 100.000 personas y ningún agobio) totalmente agotado con una tormenta de rock de proporciones bíblicas. Tremendos. Este verano vuelven al Calderón en dos fechas con entradas agotadas. Intentaré estar ahí alguno de los dos días pese a que tendré que aguantar a los típicos de "estuve viendo a AC/DC" que pone el Ayuntamiento en este tipo de recitales masivos. "Vi a los Rolling y tal", dicen. Venga, ya vete por ahí, son los Stones, pero ese es otro tema...

Crítica de Sweet&Lynch: Only To Rise (Frontiers, 2015)

Vaya dos monstruos que se han juntado. El enésimo proyecto del que fuera guitarrista de Dokken nos trae ahora un gran disco junto al vocalista de Stryper. Poco después de la salida del último trabajo de Lynch Mob, toca analizar una de las primeras novedades destacadas de 2015. La cosa prometía y no defrauda. Gran sonido, ambos músicos en estado de gracia acompañados por una base rítmica demoledora formada por James Lomenzo al bajo y Brian Tichy (como le pega este hombre) a la batería. Producido por el propio Michael Sweet, los doce temas rezuman calidad y no hay relleno alguno. El inicio con The Wish y Dying Rose pone las cartas sobre la mesa. Hard Rock potente, voz y guitarra sobresalientes con estribillos muy conseguidos. Love Stays es una de las pocas baladas en las que bajan el pistón, pero tampoco se hace ñoña. Recover es un temazo con un pedazo de solo de Lynch que no ejecutaba así desde que compartía grupo con su 'querido' Don Dokken. Con September (dedicado al infausto 11-S) se inicia una recta final muy apetecible. Hero-Zero suena más moderna que el resto y el tema título del final es un cierre perfecto. Lo que no me gusta mucho es la portada, pero qué le vamos a hacer. Nadie es perfecto.


Desconozco si hay planes para presentar este artefacto en directo, pero sería una detallazo por su parte. Ya me vale, pero nunca he visto a Stryper ni a George y va siendo hora de solucionarlo. Mucho me temo que, si hay gira, será en países civilizados y España se quedará fuera. Igual en algún festival, ya veremos. De momento, a disfrutar de lo lindo
con esta alianza de dos clásicos que espero tenga continuidad.

viernes, 2 de enero de 2015

Concierto de Hamlet (Madrid, Sala But, 27-12-2014): antes y después

Nunca un título pudo ilustrar mejor lo que pretendo con la creación de este blog. Mi pasión, además de otras más familiares, es el rock y el metal en muchas de sus vertientes. Con el concierto de Hamlet al que asistí en los últimos días de 2014 se abrió una etapa en mi vida y atrás quedó otra. Por ello, además de contar lo que me pareció la actuación en sí, que es lo que haré en la mayoría de las entradas, quiero destacar lo especial que es para mí dar este paso. Nunca he sido muy fan del mundillo social media, aunque a partir de ahora intentaré aportar mi granito de arena con críticas de conciertos, discos, dvds...y, por qué no, de algunos temas de actualidad que me llamen la atención.
Vamos con ello. Hamlet siempre ha sido un grupo muy querido para mí. Tras haber asistido a montones de recitales (me encanta esta palabra), festivales y encuentros musicales (mítico el del parking de aparejadores), los madrileños nunca defraudan. Los conocí hace ya la tira de años con el revolucionario Sanatorio de Muñecos que ahora han reeditado. Luego vino su explosión con el tema J.F. tras la una polémica política que nunca entendí, Insomnio, el acertado giro en las letras a partir de El Inferno y el disco negro, el deftoniano Syberia, Pura Vida y los últimos La Puta y el Diablo (infravalorado) y Amnesia. Todos los estilos los plasmaron a la perfección en la But. Cerraban gira sin nada que presentar salvo el anuncio de su nuevo trabajo La Ira para marzo de 2015.


Y se salieron. Molly (pedazo de frontman) no paró en ningún momento de correr, saltar y dar las gracias a la abarrotada sala. Luis estaba exultante y soltando riffs a lo Dimebag como un animal. La base rítmica tan contundente como siempre. El nuevo guitarrista Ken HC tampoco defraudó y encima descubrí su parentesco con un conocido de mi antiguo barrio. Un par de wall of death para animar el cotarro como el ya famoso del Resurrection, sonido impecable pero no ensordecedor, temazo tras temazo... En fin, lo de siempre (eso es mucho decir en este país) con esta gente. Un gustazo verles de nuevo en esta ocasión tan especial. Lo dicho, y más en mi caso, antes y después... Hamlet.