Van Halen collage

Van Halen collage

viernes, 28 de agosto de 2015

Stockholm calling: Backyard Babies y Black Trip cierran el verano sin sorpresas

Lo he dicho muchas veces y a las pruebas me remito: lo de Suecia y el rock es un idilio que no tiene fin. No hay semana en la que no aparezca un grupo nuevo que vale la pena. Su producción es imparable, con una variedad de estilos variopinto, recogiendo influencias de toda la vida con el sello personal de la calidad escandinava. Backyard Babies y Black Trip son dos buenos ejemplos. Unos veteranos y los otros noveles, esta semana publican sus nuevos discos para cerrar el capítulo de novedades de un verano que ha estado cargadito. Como a mí me gusta, para qué vamos a engañarnos. Los primeros regresan tras un parón de cinco años con un Four By Four revitalizante. Sinceramente, no entiendo las críticas tan negativas que están recibiendo. Lejos queda el impacto brutal que supuso Total 13, una obra maestra del género que nunca repetirán. ¿Por qué empeñarse en buscar o comparar todo lo que hacen con aquello? Desde entonces han publicado trabajos muy aprovechables, de rock vacilón con un punto sleazy, punk y macarra que les han consolidado como fijos en cualquier festival de renombre cuando están en activo. En directo nunca fallan, tal y como comprobé en el Resurrection, por lo que no sé qué esperaban de ellos. Es cierto que el adelanto de Thirteen or Nothing te dejaba un poco frío al principio, pero con las escuchas te haces con él, dentro de su extrema sencillez, y es ideal para abrir fuego en el nuevo cd, vinilo, descarga digital... Lo que viene a continuación suena a BB por los cuatro costados. Canciones fáciles para pasar un buen rato, sin más pretensiones. Leo muchas quejas sobre la balada Bloody Tears. Infundadas, porque es un tema agradable y algo distinto como Walls. Siete minutos para acabar el disco con elementos nunca utilizados por Dregen, Nicke y compañía. Lo malo es que ahí nos quedamos, y por eso les echaría en cara que sólo hayan grabado nueve canciones. Igual se reservan alguna para próximas ediciones de lujo. Por lo demás, frescura, ideas renovadas y los Babies de nuevo en danza para disfrutarlos. Sólo por eso deberíamos felicitarnos (no me los pienso perder en su visita a España en noviembre) en vez de rebuscar tanto para echar porquería. Seamos un poco positivos.


Lo de Black Trip es harina de otro costal. Los descubrí por casualidad por un anuncio de su primer y corto disco, Goin Under, en la Classic Rock inglesa. Me lancé a buscarlos en cuanto vi que son suecos y mi intuición no falló. Sí me sorprendió el estilo que practican, un revival de la NWOBHM en toda regla. Parecía que estaba oyendo a los primeros Def Leppard, Tygers Of Pang Tang o a Iron Maiden con Paul Di Anno. Esas cabalgadas guitarreras, los solos doblados, los estribillos contundentes e incisivos son marca de la casa y la verdad, lo hacen de lujo. Como sus miembros proceden de otros grupos pensé que se trataba de un proyecto aislado, pero de eso nada. Con Shadowline demuestran que lo suyo va en serio. Once temas de puro heavy metal old school que se escuchan de un tirón. Con la apertura de Die With Me dejan claro que no hay tregua. La canción que da título al disco, Berlin Model 32, Clockworks, Sceneries... No hay desperdicio ni mejor medio de transporte para trasladarte a la escena metalera de principios de los 80. The Storm es un acaso aparte. Una especie de medio tiempo o balada que termina de forma memorable. Ojalá den el salto a Europa para tocar, porque me encantaría verles en acción. Espero que se hagan el hueco que merecen en la escena escandinava y sólo un reproche. No deberían clonar tanto un estilo determinado, sino ir buscando su propio camino en posteriores trabajos. Algo parecido a lo que están haciendo Kadavar con Black Sabbath, por citar una referencia conocida. Será cuestión de tiempo, porque de los suecos, en asuntos referentes al rock, mejor no dudar. Mañana aparecerá allí otra banda interesante. Me apuesto lo que sea.


jueves, 27 de agosto de 2015

Axl y Slash se reconcilian, Izzy y Duff graban juntos... ¿Vuelven Guns N' Roses?

Anda la comunidad rockera revolucionada ante la posibilidad de que el gran milagro se convierta por fin en realidad. La reunión de la formación original de Guns N`Roses, el último fenómeno mainstream del negocio musical, está más cercana que nunca. Al menos eso parece tras las últimas noticias surgidas en torno a sus miembros, que siguen inmersos en sus propios proyectos. La señal más clara vino tras las declaraciones en una tv sueca del guitarrista Slash, cuya enemistad con el cantante Axl Rose parece haber terminado. Frases como "ahora las cosas están bien" o "hemos dejado atrás parte de esa negatividad que estaba ahí desde hace tiempo" no dejan lugar a dudas. Tras más de dos décadas son hablarse, la relación entre ambos se ha reconducido, lo que abre las puertas a todo tipo de especulaciones.  Hay más pistas que llevan a la misma conclusión. El vocalista, dueño de los derechos del nombre del grupo con el que publicó el sobreproducido Chinese Democracy y lleva girando varios años, ha despedido hace poco a dos de los mercenarios con los que actuaba, Dj Ashba y Bumblefoot. En dichos conciertos han aparecido en varias ocasiones, como invitados sorpresa, sus viejos colegas de los Guns Izzy Stradlin y Duff McKagan. Dos músicos que, por cierto, están trabajando juntos en estudio para continuar con su colaboración en el brillante EP How To Be A Man que el bajista lanzó para apoyar el libro de su biografía. La pieza que falta, el batería Steven Adler, lleva tiempo rehabilitado de las adicciones por las que fue el primer expulsado de la banda en medio de la grabación de los Illusions. Tiene su propio grupo, aunque siempre ha afirmado que estaría encantado de tocar y grabar con sus antiguos compañeros. No es por nada, y lo siento por Matt Sorum, pero el sonido de los tambores del Appetite For Destruction es insuperable. Supongo que el bueno de Steven algo tendría que ver. O la producción de un Mike Clink en estado de gracia.


Son demasiadas coincidencias. También puede que esté soñando despierto, pero el rumor lleva demasiado tiempo en el aire y los indicios apuntan a bombazo en 2016. De momento, desde Australia llegan 'soplos' de que los Guns N`Roses originales podrían estar en la próxima edición del festival Soundwave que se celebra allí en enero y febrero. Por su parte, el promotor que llevó a Axl a Argentina por última vez ha dado por hecho el esperado regreso en twitter. No quiero ni pensar en cómo estarán las oficinas de los principales festivales de cara al año que viene. Echarán  humo para ser los primeros en anunciar lo que sería el acontecimiento más importante del rock desde hace mucho, mucho tiempo. De todas formas, teniendo en cuenta de quién estamos hablando, conviene no ilusionarse en exceso. Axl Rose se ha convertido en un personaje excéntrico (con un estado de forma limitado) capaz de darle la vuelta a la tortilla en cualquier momento. A Slash (también debería adelgazar) no le va nada mal con Myles Kennedy y los Conspirators, mientras que al resto tampoco les falta trabajo. Si por algo destacaban los Guns en su mejor época era por el caos, la imprevisibilidad, los giros inesperados, las peleas, los rumores, las mentiras, los desmentidos... En resumen, lo que les hizo ser el grupo más grande del planeta durante un tiempo que debió ser mayor. Su asalto relámpago a la fama les devoró, por lo que igual en esta ocasión se lo toman con calma. Al fin y al cabo, llevamos más de 20 años sin verlos juntos sobre un escenario. Si hemos podido esperar tanto, ¿qué mas da un poquito más? Yo, igual que millones de fans, estoy dispuesto a ello. It's so easy...


martes, 25 de agosto de 2015

¿Un Download Festival nuevo en París? Competencia para el Hellfest en 2016

Dicen que los rumores son la antesala de la noticia y en los últimos días ha surgido uno que va muy en serio. Varias fuentes aseguran que se está gestando la creación de un Download Festival nuevo en 2016 que tendría lugar en Francia. Se habla del fin de semana del 10, 11 y 12 de junio y el recinto elegido sería el Hipódromo de Lougchamp, en las afueras de París. Su celebración no impediría que el de Inglaterra tuviera lugar también con la mayoría de los grupos compartidos. Supongo que ahí entrarían también los cabezas de cartel (dos estarían atados ya), aunque luego cada uno tendría sus propias incorporaciones. Lo único seguro es que al Hellfest, la cita festivalera por antonomasia del país galo, le saldría un competidor de altura. Sobre todo por el carácter más diverso de la oferta que propone el antiguo Monsters Of Rock frente a al cartel extremo del evento francés. Sería cuestión de gustos, en cualquier caso. También existiría la posibilidad de asistir a los dos si las fechas no coinciden y el bolsillo del interesado lo permitiera. Todo está sin confirmar, pero sería un primer paso de una itinerancia parecida a los Sonisphere, la franquicia metalera que, por cierto, está en horas bajas. No era mala la idea e incluso en España llegó a tener cierto éxito pese a no tener un lugar habitual (aseguro que existen) en el que asentarlo. Sin embargo, la insistencia en traer siempre a casi los mismos artistas a tocar en desiertos infumables acabó con la desaparición del Sonisphere en nuestro territorio. Una pena, porque el último al que acudí (2012), en el Auditorio John Lennon de Getafe, no estuvo nada mal. Allí tuvo lugar (en versión reducida) la única edición del Electric Weekend en 2008. En mi opinión, fue de lo mejor que se ha hecho en los alrededores de Madrid tras el fallecido Festimad. Igual por eso, porque estuvo más que bien, no lo han organizado más. Cosas curiosas que sólo ocurren en este país.


Fuera se lo montan mucho mejor, eso es innegable, por lo que habrá que estar atentos al posible nacimiento del nuevo Download. Personalmente, creo que sería una oportunidad de oro teniendo en cuenta la multitud de comunicaciones que existen con la capital francesa. Lo más complicado de ir a Donington es precisamente eso, viajar hasta allí, pese a que tiene el aeropuerto de East Midlands a poca distancia. Sólo hay vuelos directos desde lugares tan variopintos de España como Girona, Las Palmas o Alicante. A esto hay que unir el cambio de moneda con el que el euro sale perdiendo y las dimensiones tan exageradamente enormes del recinto anexo a Donington Park. Hasta que llegas a los escenarios pierdes casi un día. Luego está el problema de la lluvia, viento, barro.... Eso sí, cuando la fiesta arranca te olvidas de todo. Sonido perfecto y atronador, gran ambiente, pocas apreturas, grupos que sólo actúan allí y todo tipo de servicios para que no tengas que salir para nada. En fin, qué demonios, estás en Donington, lo que para cualquier viejo seguidor del rock potente es el paraíso, como un sueño hecho realidad. Si al final hay versión francesa tendrá menos encanto pese a las comodidades añadidas de la ubicación. Una vez más, será cuestión de elegir. Y no me olvido de un Resurrection Fest que, mirando sólo el entorno, no tiene rival. Hace poco más de un mes disfruté como un enano en Viveiro y no descarto repetir la experiencia. Ya veremos si el rumor se confirma mientras saboreo el temporal de novedades y conciertos que se avecinan. Stay tuned...

viernes, 21 de agosto de 2015

Llegó el esperado 21-A con avalancha de novedades ¿De verdad ha muerto el rock?

Increíble lo que estoy viviendo hoy. No recuerdo un día tan abrumador en cuanto a novedades discográficas. Voy a intentar resumirlo todo en un sólo post, porque la avalancha es total, imparable, abrasadora, me está derritiendo el cerebro... y también el disco duro. Es tal la cantidad disponible, en la mayoría de los casos no exenta de calidad, que me hace poner en seria duda la manida frase de "el rock está muerto". Por supuesto que casi ninguno (hay excepciones) de los grupos que voy a mencionar a continuación van a llegar al megaestrellato, a llenar estadios, conseguir ventas millonarias ni nada parecido. A cambio, sus nuevos trabajos harán felices, aunque sólo sea durante un rato, a una selecta minoría entre la que me incluyo. Voy a empezar por The Sword y su High Country. Una vuelta de tuerca en toda regla al sonido habitual de la banda originaria de Texas. Lejos quedan las cabalgadas heavymetaleras de Warp Riders (para mí su mejor trabajo) y clichés del género a los que eran adictos. Han vuelto con un estilo algo más retro, bajando el pie del acelerador, en ocasiones muy extraño, que no sé cómo se tomarán sus seguidores más acérrimos. La esencia sigue ahí, aunque dejan volar la imaginación intentando demostrar que sirven para algo más que destripar riffs sin piedad. Quince temas con algún pasaje instrumental completan un disco denso al que se debe dedicar varias escuchas para disfrutarlo en su totalidad. Y hablando de sonido retro, los reyes son los suecos Imperial State Electric. El grupo que el genial Nicke Andersson se sacó de la chistera tras la disolución de los míticos Hellacopters presenta Honk Machine con sus ingredientes habituales. Pelotazos de rock and roll como Guard Down levantan a un muerto, aunque se mezclan con otros de influencias Beatles, Stones y clásicos de siempre. Batería de death metal, productor, cantante, guitarrista... Como he dicho muchas veces, no sé qué comen en Suecia para que salga tanto músico con talento y un gusto exquisito. Otros que miran al pasado son Kadavar. Los barbudos alemanes han dado, curiosamente, un paso adelante con Berlin (bonita portada). Su doom monolítico a lo Black Sabbath añade ahora elementos de psicodelia muy Cream y detalles zeppelinianos. El arranque del disco es tremendo, con un sonido brutal en Last Living Dinosaur (¿Wolfmother?), Filthy Ilusion o Pale Blue Eye. Por cierto, tanto estos como ISE tocarán en Madrid en otoño en dos citas ya apuntadas en rojo en el calendario.





En estado de gracia está también el virtuoso guitarrista George Lynch. Dentro de su multitud de proyectos como el reciente Shadow Train (aconsejable) retoma ahora la actividad de su banda Lynch Mob con Rebel y dos refuerzos de lujo, al menos en estudio. Su viejo colega de Dokken, Jeff Pilson (pedazo de músico) y Brian Tichy se ocupan de la base rítmica. La consecuencia no podría ser otra que un sonido robusto, duro, para dar forma a once canciones sin relleno. Hard rock del de siempre, pero con toques modernos como suelen meter ellos, elegantes, sin pasarse en los solos de guitarra, con estribillos redondos. Destaco Pinetree Avenue, un tema vacilón en el que se lo pasan en grande. También hoy se publicaba The Awakening, el nuevo trabajo de unos P.O.D. a los que tenía bastante olvidados desde Satellite. Reconozco que aún no le he prestado mucha atención, ya que su propuesta entre el rap y el nu metal se me ha quedado un poco obsoleta. Lo tengo ahí, en la lista de espera y no descarto darle una oportunidad más adelante. Con el que no me atrevo es con el Burning Bridges de lo que queda de Bon Jovi. Sin Richie Sambora no me interesan mucho, su cuesta abajo ya era antes evidente dejando a un lado que siguen arrastrando a las masas. No sé por cuanto tiempo lo conseguirán, dice Jon que BB son descartes y habrá nuevo disco en 2016... Muchas dudas en torno al que fue, al menos para mí, un grupazo de hard rock con un par de discazos monumentales. Mala pinta tiene. En entradas anteriores analicé lo nuevo de Ghost y Buckcherry haciendo alguna 'trampa'. La salida oficial al mercado estaba programada para hoy y qué voy a decir. Yo los escucharía con suma atención. Y en plena vorágine rockera, con los oídos supurando notas, un buen amigo me aconseja a Hard Action. Su primer disco, Sinister Vibes, se publicó en junio, aunque voy a aprovechar el tirón para quitar la anilla de una auténtica bomba de mano. Cómo no, son escandinavos, de Finlandia, y practican un estilo punk and roll a toda mecha digno de los primeros Hellacopters. ¿Otra vez con los suecos de marras? Aquello debe ser el paraíso, porque a finales de mes Black Trip y Backyard Babies lanzarán a la calle sus nuevos discos. Más tarde vendrá lo de Iron Maiden, Graveyard, Ugly Kid Joe, Saxon, Clutch... Seguro que me dejo algo en el tintero dentro de una actividad que se presenta frenética. ¿Está muerto el rock?  Sinceramente, lo dudo mucho señor Simmons.

martes, 18 de agosto de 2015

Crítica de Buckcherry: Rock N' Roll (F-Bomb Records, 2015) Vivito y coleando

Título más que acertado para el nuevo y séptimo disco en estudio de Buckcherry. Sin más, diez canciones de rock macarra, sucio, con sus variantes típicas para demostrar que sigue gozando de buena salud. Y es que con grupos como el californiano, la supervivencia de nuestro querido estilo musical está asegurada. Ya sé que no inventan nada nuevo y puede que hasta se repitan sin llegar a alcanzar la brillantez de su insuperable debut en 1999. Sin embargo, ahí están siempre para alegrarle la vida al personal. Sobreviven con cierta solvencia en una segunda división de la que ya he hablado en otras ocasiones. Una segunda línea de fuego más que necesaria para que el invento siga funcionando. Además, tienen la gran suerte de tener a Josh Todd como frontman. Para mí, uno de los mejores que existen para comandar una banda de hard rock. Gran voz, muchas tablas sobre un escenario, actitud e imagen no le faltan pese a que no sé yo si ha superado del todo sus excesos con todo tipo de sustancias. En gran parte por el carisma del cantante se les consideró los nuevos Guns N`Roses, aunque ya hace mucho tiempo de eso y tan sólo el guitarrista Keith Nelson permanece de aquella formación original que prometía ser la próxima big thing. Admito que su discografía tiene altibajos (poca chicha tenía el conceptual Confessions), pero en esta ocasión han ido al grano. Nada mejor que cada uno haga lo que mejor sabe. Los experimentos, y más en el rock de este tipo, en casa y con gaseosa. Ya en la sencilla portada con un rayo a lo AC/DC se intuye lo que uno puede encontrar dentro. Los adelantos Bring It On Back y The Madness despejaban las dudas de que han vuelto a lo suyo, lo que supone no engañar a nadie. Respeto las críticas negativas, pero esto estos son Buckcherry en 2015, sin paños calientes. Sólo por el hecho de que sigan publicando material nuevo cada poco tiempo (gran aperitivo los EPs Fuck y Singles Club) deberíamos estar de enhorabuena.


Tras un inicio movido marca de la casa, con Wish To Carry On y The Feeling Never Dies llegan los primeros detalles para detenerse. Un medio tiempo y una balada clásica, dos terrenos, sobre todo el segundo, por los que suelen destacar. No sé por qué, pero en los temas lentos me encanta este grupo. La voz de Todd se adapta como un guante y suelen conseguir unos estribillos preciosos. Especial también es Rain's Faling, con un toque blues, una canción que rompe en su momento justo la intensidad generada por The Madness, Wood (extraña de primeras) y Sex Appeal. Esto último no podía faltar, ya que estamos hablando de chicas, juergas, motos, alcohol, drogas y demás argumentos indispensables en el manual sleazy. Igual que los solos de guitarra. En este trabajo hay unos cuantos y bastante bien colocados. No sobra ni falta ni uno. Get With It es un final más que digno para un disco muy fácil de escuchar. Casi ni te das cuenta, quizás te quedas con ganas de algo más, aunque ¿para qué? Muchas veces, el exceso de canciones, y de notas, llega a cansar. Insisto en que Buckcherry no van cambiar el mundo con este disco. Ni falta que hace. Ya lo dijeron unos que yo me sé en 1974: es sólo rock and roll, pero me gusta. Seguro que he recurrido a esta frase alguna vez más, por lo que pido perdón. Es la definición perfecta para hacer una crítica de este Rock N' Roll. Con la gran cantidad de novedades que se avecinan, mejor ir gastando los tópicos, porque habrá que inventar alguno. 

viernes, 14 de agosto de 2015

Speed of Light, prometedor adelanto del próximo Book Of Souls de Iron Maiden

Ya está disponible el aperitivo del gran banquete que tienen preparado Iron Maiden para el 4 de septiembre. Speed Of Light es el adelanto que han elegido para ponernos los dientes largos de cara al lanzamiento de su nuevo doble trabajo. Un Book Of Souls del que poco o nada había trascendido, salvo alguna crítica muy favorable en medios especializados. Parece ser que la doncella, lejos de mostrar signos de debilidad, está más fuerte que nunca, reinventándose en cada disco para confirmar que son los auténticos reyes del metal más tradicional. Esa New Wave Of British Heavy Metal que nació hace ya tantos años en Gran Bretaña sentando las bases de un sonido y una cultura con miles de fieles e irreductibles adeptos. Nada nuevo descubre el tema en sí, lo que, en mi opinión, no es para nada necesario. Una canción de Iron Maiden tiene que sonar a Iron Maiden y punto. Tan sencillo (y a la vez complicado) como eso. Aún así, cinco minutos y tres segundos dan para mucho. La intro con el el típico riff, el cencerro de Nicko, grito de Bruce, cabalgada del bajo de Harris, estribillo incisivo, tres solos (Smith, Murray, Gers) de guitarra, final apoteósico... Hasta quince razones para disfrutar de Speed of Light han encontrado en Metal Hammer. La mejor, que no sorprende a nadie, ya que es justo lo que cualquier seguidor de la mítica banda inglesa podría esperar. Ya habrá tiempo para desarrollos largos, progresivos, e incluso para los casi 20 minutos que dura Empire Of The Clouds para cerrar Book Of Souls.


Esto es un single de toda la vida, directo a la yugular, que viene acompañado de un vídeo fantástico. Como es habitual, Eddie es el protagonista, en esta ocasión dentro de un videojuego animado muy de los 80 en el que van apareciendo referencias a discos anteriores de la banda. Me recuerda un poco a Somewhere In Time por la estética, pero es más retro, no tan futurista. Cada vez que lo veo me gusta más, sobre todo por los recuerdos de aquellas máquinas recreativas de mi adolescencia. No soy muy fan de las play station, x box y similares. Para mí, tenían mucho más encanto aquellas maquinitas tan artesanales. Con Iron Maiden me pasa algo parecido. Cuanto más básicos suenan, más me gustan, aunque tampoco desprecio esos experimentos largos que citaba más arriba. Supongo que en el 16º disco de su larga carrera habrá un poco de cada cosa. Y lo mejor, lo más importante, es que Bruce Dickinson ya está recuperado de su enfermedad y anda liado pilotando aviones, preparando la gira, supongo que tendrá en mente algún libro, disco en solitario... Lo normal en su caso. Así que habrá que estar atentos a cualquier movimiento en el entorno maidenesco. Up The Irons!


miércoles, 12 de agosto de 2015

Crítica de Ghost: Meliora (Concord Loma Vista, 2015) AOR satánico inclasificable

Lo de este grupo siguen siendo un misterio para mí. No sólo porque es precisamente eso lo que buscan, sino por las contradicciones que surgen al analizar su música e imagen. La primera referencia que tuve de Ghost fue la admiración hacia ellos de gente tan importante como James Hetfield o Phil Anselmo, lo que inmediatamente me llamó la atención. Además son suecos y todo lo que viene de allí suele ofrecer una calidad muy alta. Si a estas premisas se añaden las indumentarias con máscaras, túnicas y un cantante disfrazado de Papa satánico, pensé que se trataba ante una banda de black metal nórdica con todas las letras. Pues no, para nada, porque la primera vez que los escuché me quedé atónito. Aquello sonaba a una especie de AOR ocultista con una voz suave, casi infantil y femenina, lo que echó por tierra mis temores a encontrarme, como parecía lo más lógico, con unos gritos guturales atroces. Guiado por la sorpresa y lo pegadizos que son sus temas, devoré su debut Opus Eponymus (de las mejores portadas que he visto) para comprobar que estaba ante algo único, muy original, un estilo con el que no me había topado nunca. Qué cosa más extraña, pensé, mientras seguía tarareando la contagiosa Ritual. Al poco tiempo tuve la suerte de verlos en directo en la carpa del Download Festival en 2010, donde ya comprobé que su ascensión al éxito estaba asegurada. Por eso no me extrañó que con Infestissumam (2013) y el EP de versiones If You Have Ghost del mismo año (con producción de Grohl por medio) su popularidad creciera de forma exponencial. Se los rifaban en los festivales mientras seguían envueltos en ese halo de oscuridad que les hace irresistibles.


Como le ocurrió a Slipknot, aunque en menor medida, se filtraron imágenes de la supuesta identidad del vocalista Papa Emeritus. No sé si por ese motivo, el resto del grupo (Nameless Ghouls) asegura que en Meliora, su nuevo trabajo que se publica el 21 de este mes, se ocupa de las voces otro cantante. Otro pontífice maquillado, por lo que es imposible saber si le han reemplazado de verdad. Tampoco es que se note mucho la diferencia, al menos yo, si acaso con tonos un poco más graves. De hecho, si quisieran cambiarían a todos los integrantes de la banda y nadie se daría cuenta. Lo que no ha variado es su inclasificable propuesta musical. Dentro de un envoltorio suave, como espiritual, profundizan en sus letras oscuras con unas melodías más pegadizas que nunca. Recomiendo ver el vídeo de Cirice, en plan película de terror de serie B, que sirvió como adelanto. Se podrían encontrar muchas influencias de las que toman algo prestado, pero siempre bajo su particular visión misterioso-acaramelada. Hay riffs más duros que de costumbre, con solos colocados de forma estratégica, con From The Pinnacle To The Pit y Mummy Dust como temas más destacados. Hay que hacer mención aparte de He Is. Es una absoluta maravilla, un placer para los oídos que, curiosamente, repudiaría el seguidor habitual del black metal ocultista. Es más, cualquier grupo de AOR, rock sinfónico o similar, mataría por una canción tan perfecta. Por el contrario, no me ha gustado mucho que metan dos interludios de apenas un minuto. Me parece una trampa que le quita duración a un disco tan disfrutable. La recta final con Absolution y Deus In Absentia no hace más que confirmar a Ghost como uno de los grupos más innovadores de los últimos años. En noviembre visitarán España en otra cita (vaya otoño que se avecina) imprescindible. Ahí estaremos para recibir la doctrina de Papa Emeritus y sus Ghouls en una noche que promete ser de lo más raro que se puede ver hoy en día sobre un escenario.

domingo, 9 de agosto de 2015

Crítica de Biters: Electric Blood (Earache, 2015) La atractiva sencillez de lo añejo

En ocasiones, lo más sencillo puede resultar más convincente que complicarse la vida. Esta es la receta que ha elegido los americanos Biters para intentar dar el gran salto en el saturado mercado del rock. Nada de obras conceptuales, discos largos de intrincados sonidos o temáticas profundas. Cortito y al pie. Electric Blood es eso, un trabajo simple, directo, que bebe de las mejores influencias para completar diez canciones (once con el bonus de itunes) sin relleno para disfrutar desde la primera nota a la última. Una pizca de Stones, otra de Ramones, Cheap Trick, AC/DC, Mötley Crüe, Thin Lizzy, Kiss y gotitas de punk y glam sazonadas con un punto pop muy inteligente. Así se puede definir este segundo disco de estos cuatro chavales de Atlanta. Acompañados de una promoción bastante fuerte de un sello que cada vez se centra más en el hard rock (Rival Sons, Blackberry Smoke) pese a sus orígenes más radicales, no me extrañaría que las cifras de ventas (digitales o físicas) fueran bastante bien. El producto vale la pena si el cliente busca pasar un rato divertido, hasta bailable tarareando buenos estribillos como hace tiempo no escuchaba. De esos que se te clavan en el cerebro y no paras de repetir durante un buen rato haciendo air guitar. Es algo inevitable tras oír Restless Hearts, Heart Fulla Rock and Roll, o Low Lives in High Definition, por poner tres ejemplos. Tres temas facilones, comerciales, con mucho gancho que definen perfectamente lo que pretende esta banda. En los vídeos se ve claramente que no quieren cambiar el mundo, sino dar rienda de la forma más sincera posible al rock sucio, callejero y gamberro que tanto se echa de menos en ocasiones. El que busque cosas más enrevesadas debería abstenerse, aunque yo pienso que todo estilo musical (dentro de un orden) tiene su momento y lugar adecuados.


También hay detalles interesantes en este Electric Blood aparte de su descarada sencillez y una producción perfecta. La intro de piano en The Kids Ain's Alright es sorprendente por ser el prólogo perfecto para una canción redonda. De un gusto exquisito es también como desarrollan la parte final del tema título, mientras que Loose From The Noose consigue el efecto de posesión rockera deseado en sólo tres minutos. Resulta curioso que, pese a la juventud de sus miembros, el grupo suene tan añejo. Es como si lo que están contando de 1975 lo hubieran vivido de verdad cuando seguro que ni habían nacido. Esa mezcla ha llamado la atención de gente tan importante como Nikki Sixx, que los ha puesto por las nubes, y las críticas en medios especializados están siendo más que positivas. Queda la prueba de fuego, verles en directo, y me da en la nariz que su propuesta puede ganar muchos enteros. Desprenden energía por todas partes, actitud e imagen no les falta, por lo que espero con ganas algún documento para valorarlos. Lo mejor sería estar entre el público, pero en la gira europea de presentación no aparece, al menos de momento, España. Alguien debería acordarse de ellos y traerlos, porque reúnen todos los condicionantes para convertirse en algo grande de verdad. Eso sólo el tiempo lo dirá. Para este momento y lugar veraniegos, nada mejor que una ración fresquita de estos Biters. O dos, porque más de uno seguro que lo escucha varias veces seguidas. Es lo que tienen estas adicciones tan peligrosas. Una vez que empiezas...