Van Halen collage

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domingo, 24 de mayo de 2015

Crítica de The Darkness: Last Of Our Kind (+180 Records, 2015)

En el post anterior hablaba de The Darkness y ya está aquí su nuevo disco. Last Of Our Kind, el cuarto en la carrera de la histriónica banda británica, ofrece otra buena dosis de hard rock divertido, sin ataduras, bebiendo de multitud de influencias para entretener al oyente. Hace ya 12 años que rompieron moldes con el genial Permission To Land. Los aullidos de Justin Hawkins me dejaron patidifuso dentro de un puñado de canciones sensacionales, que enganchaban a la primera mientras invitaban a hacer air guitar al instante. Su hermano Dan completaba la formación junto a Frankie Poullain y Ed Graham con una imagen excéntrica que les ayudó mucho a despegar. Su debut fue un éxito total. Sin embargo, los excesos se cebaron pronto con el grupo y su prometedor inicio, ya que, pese a que One Way Ticket fue una digna continuación, se empezaron a diluir hasta que se separaron. Tras algunos proyectos como Stone Gods o Hot Leg y las típicas peleas familiares, en 2012 volvieron con Hot Cakes ofreciendo la misma receta. Pero seguían los líos. Ed se fue en plena gira, para grabar el nuevo trabajo le sustituyó Emily Dolan Davies, que incluso sale en algún vídeo, y poco después anunciaron que Rufus, hijo del mismísimo Roger Taylor, se ocuparía ¿definitivamente? de los tambores. A ver cuánto dura, porque me encantaría verlos en directo con estos integrantes. Cuando tocaron en La Riviera en octubre de 2012 me lo pasé bomba con ellos. Fue un gran show de rock divertido, con todo tipo de ejercicios gimnásticos imaginables por parte de Justin junto a su mostacho de mosquetero. Fue una demostración de que no hace falta mucha parafernalia, sino buenas canciones y un poco de imaginación, para que el personal saque rentabilidad a su entrada. Su espíritu transgresor me recuerda a Queen, lo que para mí es más que suficiente.




¿Qué encontramos en este Last Of Our Kind? Lo de siempre, aunque un pelín más heavy que en anteriores trabajos. El inicio de Barbarian así lo confirma, mientras que Open Fire, uno de los  mejores temas que han editado hasta ahora, suena a los The Cult más clásicos. Mala referencia tampoco es. El tema título es otra pequeña joya igual que Roaring Waters. A partir de ahí, el disco baja enteros, aunque Mudslide y Hammer And Tongs suben el listón de nuevo. En general, me gusta mucho el trabajo de guitarras de los hermanos Hawkins, no hay abuso de agudos y la batería de Emily suena más que bien. Como buen grupo inglés, la calidad está fuera de toda duda, por lo que seguro que el disco no venderá mal pese a estar en tiempos de descargas y pocas compras. No sé qué  tal les fue en la campaña de crowfunding con la que iniciaron su lanzamiento. Yo me lo agenciaré casi seguro, porque me hacen pasar muy buenos ratos y la verdad, no sé cuánto durarán. Se les va mucho la 'pinza', aunque se supone que eso es el rock and roll. ¿O no?        

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